jueves, 29 de noviembre de 2012

Capítulo 2.



Comparado con el tren, la sala del edificio de justicia no le roza ni la suela del zapato en torno a elegancia. Me invitan a sentarme en un sillón azul celeste, de una tela suave y los brazos de color plateado, con el respaldo mas o menos alto. Asiento y me siento, Evan se ha sentado en otra parte, y mejor, por que no le quiero ver ni en pintura. La puerta del tren se abre y aparece Maisy hablando con Colette, mi vecina y ahora mismo, mi mentora.
-Bueno chicos, nos espera un largo viaje, así que si os parece, empezaremos por comer- Maisy habla mientras nos conduce hasta el compartimento del comedor.
Me siento en una de las sillas, con Colette al lado, y Maisy en frente. Ante mis ojos tengo una amplia variedad de exquisitas comidas, delicadeces culinarias a elegir. Quiero probar todo, asi que como tengo dos días en el tren decido comer cada día algo diferente. Me sirvo un plato de una sopa de champiñones deliciosa. Tras esto, tomo ternera asada, con una salsa marrón por encima. Como postre elijo un pastel morado con confituras, del tamaño de una manzana. Estoy llena.
Colette me lleva a mi compartimento tras la comida. Es una habitación enorme, con las paredes pintadas de un malva relajante, y una cama algo alta, con unas sabanas suaves de color blanco, una alfombra de terciopelo morado y una mesita a cada lado de la cama, y en frente de esta, una amplia televisión. Me meto en el baño y me quito el vestido, le dejo estirado delicadamente en una banqueta que hay en el baño. Me meto en la ducha, estoy perdida, tiene unos diez botones diferentes, para agua fría y caliente, diferentes jabones… Mezclo agua caliente y fría hasta dejar el templado perfecto, después, una ‘’avalancha’’ de jabón con olor a menta me baña. Me aclaro y me enrollo en una toalla suave como la seda, cuando presiono un botón del espejo del tocador me empieza a secar es pelo y me le desenreda.
Rebusco en el armario algo de mi estilo, o por lo menos sencillo, pero lo único que encuentro es ropa de colores llamativos y alegres. Al final opto por unas mayas negras y una camiseta verde clara de manga corta.
 Me paso el resto de la tarde viendo la televisión que hay en el dormitorio, aunque aburrida y aterrada. Tan solo emiten una especie de resumen de los Juegos del Hambre del año pasado. Vería las cosechas, pero las echan alrededor de las nueve y media, después de la cena.  Y entonces Maisy llama a mi puerta, es la hora de cenar.
Para cenar me sirvo un plato de estofado con unos diminutos guisantes rosas y una salsa de unas jugosas bayas a las que llaman ‘’Kiskies’’ según me ha dicho Maisy.
-Luego veremos las cosechas y a dormir, mañana llegaremos al Capitolio temprano y será un día muy, muy largo- Colette nos informa quitándole la palabra de la boca a Maisy.
Cuando acabamos de cenar nos dirigimos a otro compartimento en el que se encuentran unos cuantos sofás y una gran televisión empotrada en la pared. Las cosechas comienzan.
En el distrito 1 son ambos los voluntarios, una chica de ojos azules turquesa se presenta voluntaria, y me quedo con su nombre; Greta, un chico fuerte de ojos marrones que responde al nombre de Peter sale al escenario con paso firme. En el distrito 2 la chica sonríe maliciosamente al escuchar su nombre; Aisha, en la sección de chicos sale un niño de 12 años, pero otro de 18 le sustituye sin conocerle de nada, su nombre es Ryan. En el distrito 3 hay una pareja, el nombre de la chica salió y el novio se presento voluntario para protegerla, o eso supongo. En el 4 hay otra cosecha de profesionales, pero no recuerdo sus nombres. En el 5 una chica pelirroja de ojos color miel y cara astuta, Selene Crane juguetea con un mechero, y su apellido me resulta familiar, pero no caigo; y un chico de esos mismos rasgos, Richard. En el 7 una chica avanza algo triste, conteniendo sus lágrimas, su nombre es Grace; el chico con el nombre de William y de 13 años avanza llorando al escenario. El resto de las cosechas son disgustadas y la mayoría de los tributos de entre 14 y 17. Y luego salgo yo.
Las cosechas acaban y el televisor se apaga automáticamente, las cosechas son una emisión obligatoria que hace que todos los televisores se activen solos, así como mensajes de la Presidenta Rosa; nieta del antiguo Snow asesinado por un Capitoliense disgustado por la muerte de su hermano; Seneca Crane, o comunicados sobre nuevas reglas, alguna muerte, giras de la victoria…
Me dirijo a mi compartimento y cierro la puerta de golpe. Miro por la ventana, apenas se ve nada, entre la oscuridad, y la velocidad que lleva el tren… Corro un poco la cortina, pero no del todo, ya que si mañana no entra la luz del sol no soy capaz de despertarme, siempre he sido muy dormilona, y perezosa.
Me pongo un camisón de seda azul caribe, mi color favorito. Me meto en la cama, y noto una sensación de que las sabanas me abrazan y acogen. No me cuesta mucho dormirme, estoy agotada.

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